lunes, 4 de julio de 2016

Viva. La necesidad de aceptarse y ser aceptado

El cine cubano, a base de pequeñas pinceladas, está encontrando su sitio en el mercado cinematográfico. Desde "Fresa y chocolate" son cada vez más los títulos que traspasan sus fronteras y reciben reconocimiento en forma de premios o selección de festivales. Los últimos casos los encontramos en "El acompañante" de Pavel Giroud, reciente triunfador en Miami, y en "Viva" de Paddy Breathnach, a través de una coproducción con Irlanda.

"Viva" está ambientada en la zona más pobre de La Habana, un lugar donde se sobrevive día a día soñando con un futuro mejor. Jesús (Héctor Medina) es un chico homosexual que convive con su prima en un apartamento que antaño fue de sus padres. Su madre murió y de su padre poco se sabe más allá de haber sido un reconocido boxeador. Con un trabajo de peluquero que apenas le da para comer, se plantea dedicarse al espectáculo como travestí bajo el seudónimo de Viva.

Lo primero que llama la atención es el profundo conocimiento de la sociedad cubana que transmite la película, máxime cuando tanto el guionista como el director son irlandeses. Cuenta Breathnach que viaja habitualmente a Cuba y en un espectáculo de travestís se quedó impresionado con una mujer que lloraba mientras veía el show. Al acercarse a la joven y preguntarle por qué estaba así, ésta le comentó que el chico del escenario era su hermano y lloraba de emoción porque nunca antes le había visto más realizado y feliz. 

Tras ese momento, guionista y director viajaron en muchas ocasiones a la isla para empaparse de su cultura y dar forma a la historia; incluso tuvieron que aprender español para comunicarse con los actores que no entendían ni palabra de inglés. 

Toda la trama no es más que una excusa para hablarnos de autoaceptación. Llega un momento en la vida de cualquier persona en que es necesario aceptarse tal y como se es y es sólo a partir de ese momento, cuando somos capaces de conseguir que los demás también nos acepten. Ese viaje emocional de lucha contra uno mismo lo refleja adecuadamente "Viva". Héctor Medina realiza un papel fantástico al que da cumplida réplica el archiconocido Jorge Perugorría, el cual, pese a ser académico en Hollywood, sigue viviendo en Cuba.


El ritmo de la película es adecuado e incluso algunos momentos puedan llegar a emocionar aunque nos cuesta entender la relación entre Jesús y su padre. Es difícil comprender a un borracho homófobo que jamás se preocupó por su familia. Un padre es un padre pero "Viva" intenta redimir a un personaje que no merece redención. Como espectador te muestras sorprendido. Quizás la realidad sea incomprensible y debamos asumirlo.

Un interesante título que entretiene, educa y abre los ojos. Nada falla. La cámara está donde debe estar, los actores actúan como deben actuar y el guión encaja como debe encajar. Una buena película que además transmite un bonito mensaje. No es casualidad que su estreno casi coincida con la celebración del MADO (Fiesta del Orgullo en Madrid). Es hora de abrir mentes.


Además, "Viva" llega a nuestros cines este próximo viernes día 8, avalada por su selección y éxito en el festival de Sundance y su preselección entre las 9 candidatas al Oscar a mejor película extranjera por Irlanda. Grandes pasos para una película pequeña pero tremendamente relevante para descubrir esa Cuba olvidada que guarda muchas historias aún pendientes de contar.

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