viernes, 5 de febrero de 2016

Embarazados. Un homenaje a los tópicos en la pareja

Gracias a nuestros amigos de Sensacine asistimos al preestreno de la comedia romántica "Embarazados", dirigida por Juana Macías y protagonizada por Paco León y Alexandra Jiménez. Una película ligera que pretende poner el foco en la búsqueda de un hijo cuando te acercas a los 40 y las dudas que ello puede generar en la pareja. Poco se podía hacer ante un guión tan flojo, lleno de tópicos, y que apenas alcanza a mendigar alguna sonrisa tibia en el espectador.

La ópera prima de la directora madrileña Juana Macías era un drama de mujeres, tres perspectivas que nos enamoraron en su presentación en el Festival de Málaga. "Planes para mañana" parecía revelar un nuevo talento y, aunque no diremos que tras este film ese talento lo haya perdido, desde luego el tropiezo ha sido muy importante. 

Fran (Paco León) y Alina (Alexandra Jiménez) son una pareja que ronda los cuarenta y que se encuentra en los últimos años fértiles para poder ser padres. Él tiene un esperma poco activo y ella ya tiene una edad complicada para quedarse embarazada por lo que deben iniciar el proceso de la fecundación in vitro. A partir de aquí las dudas se apoderan de la relación y se empiezan a plantear si realmente ambos están buscando lo mismo.

Y es que esta historia de relaciones cuando la cuarentena se aproxima peca del uso indiscriminado de tópicos. Todo huele a rancio. La becaria "cachonda", el informático friki, el amigo soltero de oro obsesionado con ligar.... Está todo tan visto que hasta una película de Pajares nos parecería innovadora. Y ese cine, aunque tuvo éxito, ya no tiene mucho sentido.

Teniendo esto en cuenta, nuestra esperanza estaba totalmente depositada en la pareja protagonista. Tanto Paco León como Alexandra Jiménez conocen y funcionan muy bien en la comedia. Sin embargo, tan sólo el primero, cuando la escena se pone muy absurda, nos arranca un poco de interés porque ella, aunque no realiza un mal trabajo, se ve envuelta en un guión incoherente, difícil de manejar y del que no sabe sacar partido. 


Muchas veces en estos títulos son los secundarios los que arreglan el desaguisado. Karra Elejalde sabe ya mucho de esto con su papel de Koldo en la saga de 8 apellidos, pero ni él como ginecólogo atópico, ni Ernesto Sevilla como socio y amigo del protagonista, ni el resto de secundarios, resuelven la papeleta. El caso de Ernesto es especialmente grave porque con su pésima interpretación demuestra que ser monologuista no significa ser actor. Aún así, hay que reconocer que su escena con el refresco es lo mejor de la película con diferencia.

Muchas veces cuesta aprovechar un guión que viene quemado desde la base. Normalmente ni un buen director ni unos solventes intérpretes pueden evitar el naufragio de un libreto que cuenta con unos diálogos insulsos y un retrato de personajes caricaturizados hasta la saciedad. No hay evolución, no hay historia, no hay cine. 

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