sábado, 18 de octubre de 2014

The signal. Premio a los Mejores Efectos Especiales en el Festival de Sitges

William Eubank ha presentado en el pasado Festival de Cine Fantástico de Cataluña su segunda película. Tras ofrecernos en 2011 con "Love" una historia de ciencia ficción en la que un astronauta vagaba por una claustrofóbica y solitaria estación espacial, plantea con "The Signal" una propuesta atrevida y alternativa. 

En esta ocasión, la angustia se cierne sobre tres personajes perdidos en una zona muy alejada de la civilización donde las carreteras están cortadas y las personas hablan de manera inconexa y repetitiva. 

¡Oh Divina Juventud que no abriga de la intemperie colectiva pero nos destapa la curiosidad felina! Tres jóvenes universitarios deciden perseguir a un extraño hacker llamado Nomad que ha pirateado los servidores de su facultad. Continuamente les ha estado provocando para que piquen el anzuelo y como un gato jugando con el hilo de una lana, van siguiendo las pistas que les conducen a su cebo. Nick (Brenton Thwaites) y Jonah (Beau Knapp) asumen el reto como personal y deciden seguir la señal hasta su origen. Una decisión que modificará sus vidas para siempre en un viaje sin retorno.

Eubank consigue que podamos disfrutar de una gran fotografía y de algunos efectos visuales interesantes. De hecho, ha sido premiada en el Festival de Sitges por sus efectos especiales, conseguidos con un presupuesto de lo más modesto. Quizá pretende cautivar más con los efectos poéticos y estéticos de la propuesta que con la coherencia narrativa de la obra.

Y lo cierto es que la trama inicial planteada se modifica en el momento en el que los universitarios llegan a la fuente de la señal. Un fundido a negro modifica radicalmente el hilo argumental y encontramos a los jóvenes susodichos en un hospital controlado por unos personajes vestidos con trajes espaciales.


Aparece entonces el que personalmente consideramos el verdadero protagonista de la historia: el Doctor Damon interpretado por un fantástico Laurence Fishburne; y es entonces cuando comprobamos cómo la dirección cinematográfica del joven director californiano nos  sumerge en toda una serie de interesantes interrogatorios realizados en habitaciones esterilizadas de un blanco impoluto por extraños trabajadores. Sin duda alguna, la parte más interesante de la obra que más adelante, vuelve a retornar en una road-movie donde gato y ratón cambian su rol de manera entretenida. 

En algunos momentos no queda del todo claro el tratamiento de los personajes ni el planteamiento de las situaciones pero aún así, nos ha parecido interesante navegar por diferentes océanos que no te conducen a ningún puerto hasta muy avanzada la película.  

En una entrevista, Eubank afirma que "le encantan las películas que hacía por ejemplo Polansky tipo "Chinatown" en la que la historia se contaba desde la perspectiva de un personaje concreto". En "The signal" vemos la perspectiva de Nick y queremos pensar que las lagunas que ofrece la trama son consecuencia de este planteamiento o de que simplemente no quiere desarrollar nada más para que seamos los espectadores los que tengamos que esforzarnos en buscar los porqués… 


Sin querer daros mucha más información, destacar por último que es inevitable percibir en esta cinta una influencia de "Twilight Zone" y cabe destacar la exploración dicotómica que realiza entre la tecnología y el intelecto en oposición a la condición humana y la emoción.

Como resumen final, comentar que la película empieza como una película de hackers, continua como un encuentro con seres alienígenas, avanza en una especie de conspiración del gobierno para acabaren aquello que el espectador se imagine. Un final abierto bastante interesante que muestra de qué manera la ciencia ficción tiene todavía la posibilidad de sorprender. A nosotros nos ha sorprendido mucho. ¡Dejaos iluminar por los efectos y seguid la Señal!

Desde Sitges, Sergi Sanmartí (@horadelsdaus) 

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